viernes, 16 de junio de 2023

´MUCHAS GRACIAS, PAPÁ

Por Lilia Esmeralda Calderón Almerco


Cuando aprendí a caminar

qué feliz estaba papá.


Con mis primeros dibujos

qué orgulloso estaba papá.


Por cada cosa que aprendo

y por todo lo que soy,

muchas gracias, papá.

martes, 6 de junio de 2023

MI OVEJA LUNAREJA

Por Lilia E. Calderón Almerco


A mi oveja lunareja

la encontré en la llanura

y la llamé Dulzura.

 

Estaba sola y perdida,

pues tenía la patita rota

y lloraba ¡mee! la pobrecita.

 

Mi oveja lunareja

corre ahora en la llanura,

va y viene de la altura,

pero de mí nunca se aleja.

sábado, 6 de mayo de 2023

MAMITA, YO TE QUIERO

Por Lilia Esmeralda Calderón Almerco


Mamita, yo te quiero 

hasta el cielo azul.

Dime, ¿hasta dónde 

me quieres tú?


“Te quiero hasta las nubes

que parecen de algodón."

 “Te quiero hasta la luna

que sale después del sol."

 


Mamita, yo te quiero

              hasta el cielo azul.

Dime, ¿hasta dónde

me quieres tú?


martes, 14 de marzo de 2023

LAS NUBES VIAJERAS

 Por Lilia E. Calderón Almerco


Una nube pequeñita

cual motita de algodón

va pasando por el cielo,

se dirige a visitar a Dios.


Unas nubes errantes

que la vieron pasar

también emprendieron el camino

por la ruta celestial.


Allá van las nubes viajeras

saludando al nuevo día,

despejando el cielo azul

con amable cortesía.

lunes, 13 de febrero de 2023

CUENTO "NO ESTUDIÉ PARA EL EXAMEN"

De la colección "Era una vez en la escuela"

Por Lilia E. Calderón Almerco

Aquel día era lunes y el aula estaba en completo silencio, todos estaban estudiando para el examen de Historia. Entró el profesor. Saludó. Los alumnos se pusieron en pie, contestaron el saludo, se sentaron y siguieron estudiando.

Toño y Pedro estaban en la última fila, pero el profesor dispuso el cambio de lugar de varios alumnos, así que, estos pasaron a ocupar la primera fila. En el ambiente, apenas se escuchaba que uno tosía muy bajito, que otro respiraba hondo, que otro se movía en su carpeta. Minutos después, se repartieron las hojas de preguntas, se dieron las recomendaciones acostumbradas y el examen comenzó.


Toño se rascó la cabeza, al ver su examen. Eran veinte preguntas y solo se tenía que marcar "falso" o "verdadero" para obtener veinte puntos, el máximo puntaje. Al revisar las preguntas, Toño se dio cuenta de que no sabía la mayoría de las repuestas o tenía muchas dudas. Trató de concentrarse, pero nada logró recordar, entonces miró de reojo a Pedro y le pareció que su amigo estaba igual o peor que él.

 El profesor se paraba en el umbral de la puerta y vigilaba desde ahí o se paseaba por el aula observando a todos y a cada uno con actitud severa. Por unos segundos, se detuvo junto a Toño y observó la hoja de examen de este, luego movió la cabeza en señal de preocupación y se retiró.

Pasaba el tiempo, pero Toño no lograba contestar una sola pregunta. De vez en cuando, miraba al techo, a Pedro, al profesor. Internamente se lamentaba por no haber estudiado y recordaba a su mamá diciéndole ¡A qué hora te pones a estudiar!

De pronto, la voz enérgica del profesor lo volvió a la realidad. Alumnos, tomen sus precauciones, en tres minutos se termina el examen. Súbitamente, Toño empezó a resolver el examen. Marcaba las respuestas unas tras otras, en forma rápida y ordenada. Llegada la hora indicada, el profesor recogió los exámenes y anunció que los resultados serían entregados al día siguiente.

Y así fue. Cuando el profesor entregó a Toño su hoja de examen con los resultados, le dijo en tono de sentencia Mañana, usted dará un examen oral sobre los mismos temas. Prepárese. Toño había obtenido trece de veinte puntos como resultado, cosa que él mismo no podía creer. Risueño y asombrado, Pedro se acercó a preguntarle cómo lo había logrado, a lo que Toño respondió Para todas las preguntas solo marqué "verdadero".

domingo, 25 de diciembre de 2022

EL AMOR DEL NIÑO DIOS

 Por Lilia Esmeralda Calderón Almerco

Aquella navidad, los reyes magos viajaban con tantos regalos que los camellos se cansaron y se negaron a seguir caminando. Entonces, los magos decidieron que los niños y niñas desobedientes y quienes habían incumplido sus deberes escolares durante el año no recibirían regalos. Es así que se detuvieron para aligerar la carga.


En ese momento, el niño Dios, desde el cielo, dijo a los reyes magos

Sigan su camino con todos los regalos, pues las niñas y los niños descuidados también merecen ser perdonados. Yo haré que los camellos caminen y no se cansen, pero pongan en primer lugar todos los juguetes cuya escritura tenga las sílabas tra, tre, tri, tro o tru.
Inmediatamente los reyes magos pusieron sobre los camellos un trineo, un triciclo, un tren, un perro Tribilín con triple collar, una muñeca Patricia, un mono trapecista, un osito con traje de marinero, un potrillo de madera, una trompeta, una matraca, un tractor eléctrico, una estrella musical y muchos más.


Así, los reyes magos, muy contentos, cumplieron su misión navideña, y aquellos niños descuidados comprendieron que el amor del niño Dios es tan grande que siempre nos perdona.