lunes, 14 de febrero de 2022

LAS HORMIGAS DORMILONAS

 Por Lilia E. Calderón Almerco


Las hormigas dormilonas

no salieron a trabajar

y en sus sábanas de seda

se quedaron a soñar.


El sol que las miraba

las mandaba levantar,

pero ellas, dormilonas,

se acurrucaban más.

 

El viento que soplaba

las mandaba a trabajar,

pero ellas, dormilonas,

empezaron a roncar.


Muy pronto llegó el invierno

y las hormigas dormilonas

no encontraron alimento,

entonces ni el sol ni el viento

escucharon sus lamentos.