Por Lilia Esmeralda Calderón Almerco
Aquella navidad, los
reyes magos viajaban con tantos regalos que los camellos se cansaron
y se negaron a seguir caminando. Entonces, los magos
decidieron que los niños y niñas desobedientes y quienes habían incumplido sus deberes escolares durante el año no recibirían
regalos. Es así que se detuvieron para aligerar la carga.
En ese momento, el
niño Dios, desde el cielo, dijo a los reyes magos
Sigan su camino
con todos los regalos, pues las niñas y los niños descuidados también
merecen ser perdonados. Yo haré que los camellos caminen y no se
cansen, pero pongan en primer lugar todos los juguetes cuya escritura
tenga las sílabas tra, tre, tri, tro o tru.
Inmediatamente los reyes
magos pusieron sobre los camellos un trineo, un triciclo, un tren, un
perro Tribilín con triple collar, una muñeca Patricia, un mono
trapecista, un osito con traje de marinero, un potrillo de madera,
una trompeta, una matraca, un tractor eléctrico, una estrella
musical y muchos más.
Así, los reyes magos, muy contentos,
cumplieron su misión navideña, y aquellos niños descuidados
comprendieron que el amor del niño Dios es tan grande que siempre nos perdona.