Una docta polilla
con fama de estudiosa
vivía en aquel libro
comiéndose las hojas.
Sin aviso, se marchó
y partió muy disgustada,pues poquito le faltaba
para ser una graduada.
Una docta polilla
con fama de estudiosa
vivía en aquel libro
comiéndose las hojas.
Sin aviso, se marchó
y partió muy disgustada,pues poquito le faltaba
para ser una graduada.
Por Lilia Esmeralda Calderón Almerco
Una nube pequeñita,
cual motita de algodón,
va pasando por el cielo
con afán de visitar a Dios.
Unas nubes errantes,
que la vieron pasar,
emprendieron el camino
por la ruta celestial.
Allá van las nubes viajeras
saludando al nuevo día,
despejando el cielo azul
con amable cortesía.
Por Lilia E. Calderón Almerco
Las hormigas dormilonas
no salieron a trabajar
y en sus sábanas de seda
se quedaron a soñar.
El sol que las miraba
las mandaba levantar,
pero ellas, dormilonas,
se acurrucaban más.
El viento que soplaba
las mandaba a trabajar,
pero ellas, dormilonas,
empezaron a roncar.
Muy pronto llegó el invierno
y las hormigas dormilonas
no encontraron alimento,
entonces ni el sol ni el viento
escucharon sus lamentos.
Hola, soy Irgeo, una arañita joven y soñadora,
de aquellas que también sueñan despiertas. Te contaré que me gusta el invierno,
excepto la lluvia, por ello, en esta época solo salgo con
paraguas, y cuando me quedo en casa me dedico a leer y a tejer mi telaraña.
Un día cualquiera, yo estaba en el techo de mi casa,
en compañía de unas amigas. Conversábamos, reíamos y tejíamos. Yo hacía una telaraña
moderna que estaba copiando de una revista de tejidos para arañas. De pronto, miré hacia arriba y vi pasar un
ave volando hacia lo más alto del cielo, y es entonces cuando...
Yo tenía dos alas de color azul y estaba en el
aire, volando entre las nubes y girando con el viento. Desde muy lejos veía los
techos de las casas y a mis compañeras tejiendo sus telarañas. Qué feliz me
sentía, y pensé que volvería cuando quisiera y bajaría volando hasta la escalera
de mi telaraña.
De pronto, la risa de mis compañeras me volvió
a la realidad y descubrí que había dejado escapar varios puntos de mi tejido. ¡Mi
tela estaba hecha un desastre! Inmediatamente, traté de arreglarla, pero en ese
mismo instante, un ventarrón seguido de una lluvia copiosa me arrebató el tejido.
dejándome en medio de un gran charco de agua. Me quedé sin tela, pero sin
sueños, no.
Julián, el pastorcito
que vio a Jesús en Navidad,
pastoreaba corderitos
y ayudaba a su papá.
pues el ángel le avisó
que vendría el Niño Dios.
Y Julián partió contento
con su manta y su jumento
a adorar el nacimiento.
Con sus ojitos de aguas puras
al Niñito está mirando
y los ángeles cantando
"Gloria a Dios en las alturas".
Hola. Pongo a disposición de estudiantes y docentes de Primaria este recurso audiovisual que podría ser aplicado en el aprendizaje de la lectoescritura en español como segunda lengua, principalmente.