Una nube pequeñita
cual motita de algodón
va pasando por el cielo,
se dirige a visitar a Dios.
Blancas nubes distraídas,
cuando la vieron pasar,
emprendieron el camino
por la ruta celestial.
Allá van las nubes
viajeras
saludando al nuevo día,
despejando el cielo azul
con amable cortesía.