Por Lilia E. Calderón Almerco
Es noche de Navidad
y el Niño Dios nos visita.
Él nos trae su amistad
y bendición en sus manitas.
Es Noche de Navidad
y la luna me hace un guiño
porque Dios en su bondad
nos dio a Jesús niño.
Por Lilia E. Calderón Almerco
Es noche de Navidad
y el Niño Dios nos visita.
Él nos trae su amistad
y bendición en sus manitas.
Es Noche de Navidad
y la luna me hace un guiño
porque Dios en su bondad
nos dio a Jesús niño.
Por Lilia E. Calderón Almerco
Duerme el Niño Dios
y la luna se sonríe.
En los árboles, las aves
le cantan arrurrú.
Se oye un coro de ángeles
y se despierta Jesús.
Una vaquita presurosa
En Belén todos celebran
el nacimiento del Rey.
El Rey pequeñito tiene frío
y la vaca se acurruca
despacito junto a él.
Por Lilia E. Calderón Almerco
tilín, talán campanita,
campanita en la ventana,
la ventana de un portal,
el portal de una casita,
la casita de Belén,
el Belén de mi Jesús
que ha nacido por mi bien.
Campanita tilín talán,
tilín talán campañita.
Por Lilia E. Calderón Almerco
Por Lilia Esmeralda Calderón Almerco
Por segunda vez presento este recurso didáctico, pero actualizado, útil para el aprendizaje de lectura y escritura en castellano o español en Primaria.
En una primera parte, se observa la poesía "El conejo Sinforoso" que, en suma, es una narración breve sobre un conejo que va a la escuela, que sabe leer y escribir, y que ama los libros y las zanahorias.
En la segunda parte, se ofrece una actividad de comprensión de lectura.
Veamos en video.
Por Lilia Esmeralda Calderón Almerco
Cuando abrí los ojos al mundo,
vi el rostro de mi madre
y la belleza de mi país.
Entre libros y experiencias
la geografía aprendí,
la abundancia de riquezas
y bondades de mi país.
me impulsa un sano orgullo
de esta tierra que es mi patria,
de este suelo que es mi hogar.
Y como no basta el orgullo,
por mi Perú yo me esmero,
al trabajo no le huyo
y en honradez soy el primero.
y pequeños estudiantes,
pero somos peruanos
nacidos para ser grandes.
¿Dónde vive
el hada de la limpieza?
¿En el patio o en la sala?
¿En la cocina o la despensa?
Dicen que viaja en carrusel,
que es ágil y risueña,
que no tolera pelusa ni papel.
A su paso, brillo y buen olor.
Más que lujos y apariencias,
La limpieza es lo mejor.
¿Mamá, dónde está
el hada de la limpieza?
Aquí estoy,
¿acaso no me ves?
Por Lilia E. Calderón Almerco
A mi oveja lunareja
la encontré en la llanura
y la llamé Dulzura.
Estaba sola y perdida,
pues tenía la patita rota
y lloraba ¡mee! la pobrecita.
Mi oveja lunareja
corre ahora en la llanura,
va y viene de la altura,
pero de mí nunca se aleja.
Por Lilia Esmeralda Calderón Almerco
“Te quiero hasta la luna
que sale después del sol."
Mamita, yo te quiero
hasta el cielo azul.
Dime, ¿hasta dónde
me quieres tú?
Por Lilia E. Calderón Almerco
Una nube pequeñita
cual motita de algodón
va pasando por el cielo,
se dirige a visitar a Dios.
Unas nubes errantes
que la vieron pasar
también emprendieron el camino
por la ruta celestial.
Allá van las nubes viajeras
saludando al nuevo día,
despejando el cielo azul
con amable cortesía.
De la colección "Era una vez en la escuela"
Por Lilia E. Calderón Almerco
Aquel día era lunes y el aula estaba en completo silencio, todos estaban estudiando para el examen de Historia. Entró el profesor. Saludó. Los alumnos se pusieron en pie, contestaron el saludo, se sentaron y siguieron estudiando.
Toño y Pedro estaban en la última fila, pero el profesor dispuso el cambio de lugar de varios alumnos, así que, estos pasaron a ocupar la primera fila. En el ambiente, apenas se escuchaba que uno tosía muy bajito, que otro respiraba hondo, que otro se movía en su carpeta. Minutos después, se repartieron las hojas de preguntas, se dieron las recomendaciones acostumbradas y el examen comenzó.
El profesor se paraba en el umbral de la puerta y vigilaba desde ahí o se paseaba por el aula observando a todos y a cada uno con actitud severa. Por unos segundos, se detuvo junto a Toño y observó la hoja de examen de este, luego movió la cabeza en señal de preocupación y se retiró.
Pasaba el tiempo, pero Toño no lograba contestar una sola pregunta. De vez en cuando, miraba al techo, a Pedro, al profesor. Internamente se lamentaba por no haber estudiado y recordaba a su mamá diciéndole ¡A qué hora te pones a estudiar!
De pronto, la voz enérgica del profesor lo volvió a la realidad. Alumnos, tomen sus precauciones, en tres minutos se termina el examen. Súbitamente, Toño empezó a resolver el examen. Marcaba las respuestas unas tras otras, en forma rápida y ordenada. Llegada la hora indicada, el profesor recogió los exámenes y anunció que los resultados serían entregados al día siguiente.
Y así fue. Cuando el profesor entregó a Toño su hoja de examen con los resultados, le dijo en tono de sentencia Mañana, usted dará un examen oral sobre los mismos temas. Prepárese. Toño había obtenido trece de veinte puntos como resultado, cosa que él mismo no podía creer. Risueño y asombrado, Pedro se acercó a preguntarle cómo lo había logrado, a lo que Toño respondió Para todas las preguntas solo marqué "verdadero".