MI COMETA COQUETA

Por Liliesmeralda

Tengo una cometa

ligera y coqueta,

vestida de colores

y una cola de listones.

Al cielo se eleva
con el viento a bailar;
una nube la mira
y ella quiere subir más.
 

¡Cometa baja pronto

que me llama mi mamá!

LAS HORMIGAS DORMILONAS

Por Liliesmeralda

Las hormigas dormilonas

no querían trabajar

y en sus sábanas de seda

se quedaron a soñar.

 

El sol que las observaba

las mandaba levantar.

pero ellas, dormilonas,

se acurrucaban más.

 

Soplaba el viento en las colinas

que las mandaba a trabajar,

pero ellas, dormilonas,

empezaban a roncar.

 

Muy pronto llegó el invierno,

y las hormigas dormilonas

no encontraron alimento,

entonces ni el sol ni el viento

escucharon sus lamentos.

A MI MAESTRA EXCELENTE

Por Liliesmeralda

Mi maestra excelente

día a día llega al cole

tempranito, como siempre.

Dinámica y alegre

camina por el salón,

revisando la tarea

con muchísima atención.

Cada clase es un placer,

explica todo tan fácil

que me da gusto aprender.

En lectura y escritura

pronto seré el mejor,

y  a  lógico matemática

ya no le tengo temor.

Por mi maestra excelente

muy contento llego al cole,

tempranito, como siempre.

MI VACA REBECA

Por Liliesmeralda

Mi vaca Rebeca

se ha puesto un collar

de flores y perlas,

de oro y azahar.

Pensativa, Rebeca

está en la ventana.

Graciosa suspira

a tantas miradas.

 

 

¡Qué dulce la leche

de mi vaca Rebeca!

en queso o manteca,

no hay nadie como ella.

ADIVINA QUIÉN

Por Liliesmeralda

¿Adivina quién trabaja por mí?

¿Quién me ama por siempre

y me enseña a ser feliz?

¿Adivina quién se desvela por mí?

¿Quién arruga la frente

cuando no digo que sí?

Aquel que espera que llame

diciendo: ¡Papito estoy aquí!

¡Feliz día Papá!

EN LOS BRAZOS DE PAPÁ

Por Liliesmeralda

Una torre segura

son tus brazos papá,

torre llena de ternura,

donde yo me quiero quedar.

LA SEÑORA DE LA LUNA

Por Liliesmeralda

–       Dime, mamá ¿Qué te parece la luna en el cielo?

–       Me parece una bola de algodón o una pelota de fuego.

–       Mamá  ¿Quién habita en la luna?

–       Una señora blanca como ninguna.

–       ¿Por qué siempre está ahí? ¿Por qué no baja?

–       Porque todo el tiempo ella trabaja.

–       ¿Y qué hace con tanto empeño?

–       Teje ropa para los ángeles del cielo.

–       Pero mamá ¿Es que ella no descansa?

–       No, porque los que viven en el cielo nunca se cansan.

–       Mamá, yo quiero vivir en la luna bella.

–       Claro que sí, pero ahora vete a dormir y a soñar con ella.