domingo, 24 de marzo de 2019

UNA BRUJITA SINGULAR

Por Lilia E. Calderón Almerco

En una ciudad muy particular
vivía una brujita llamada Marita,
muy traviesa ella, muy singular.

En su despensa, pilló a dos ratones.
Quiso convertirlos en patines,
pero los convirtió en calcetines.

¡Qué graciosa la brujita Marita,
tan traviesa ella, tan singular!

Su mamá preparó un conejo guisado.
Ella quiso convertir al conejo en helado,
pero lo convirtió en pescado.

¡Qué divertida la brujita Marita,
tan traviesa ella, tan singular!

Ayer fue noche de luna
y en su escoba espacial se fue
a buscar un lugar tranquilo
donde repasar sus hechizos.

En el bosque no la han visto
Y tampoco en la playa,
pero yo creo que ha caído
en la azotea de tu casa.






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